EPIFANIA DEL SEÑOR
TENER OJOS DE EPIFANIA
1° LECTURA: Is. 60, 1-6: La gloria del Señor
amanece sobe ti.
SALMO:
Sal 71: Se
postrarán ante ti, Señor todos los pueblos de la tierra.
2°
LECTURA: Ef. 3, 2-3ª.5-6: Ahora ha sido
revelado que también los gentiles son coherederos de la promesa.
EVANGELIO: Mt. 2, 1-12: Venimos de Oriente a
adorar al Rey.
Lucas coloca a
unos judíos pobres y marginales (los pastores) como los primeros adoradores de
Jesús. Mateo, en cambio, coloca a unos paganos, mientras que los judíos
relevantes, que han sido informados de este nacimiento, permanecen
indiferentes, y los poderosos del momento se asustan y decretan una
persecución.
No busquemos en este relato concreciones históricas
(si la estrella era un cometa, si los magos tenían unos libros que hablaban de
aquel nacimiento...). Mateo quiere transmitirnos un mensaje importante, y es
este mensaje el que hay que escuchar y saborear.
El punto de partida de la historia es que el
nacimiento de cada persona está marcado por el nacimiento también de una
estrella. Y era fama que los mejores astrólogos y escrutadores de estrellas
eran los sabios mesopotámicos y persas. Por eso Mateo dice: unos hombres de
países alejados, sin relación con las promesas de Israel, han sido
suficientemente abiertos como para darse cuenta de que nacía una estrella
diferente de las demás (la "estrella que se alza en Jacob", de Nm
24,17), que les indicaba algo que valía la pena hallar, un "Rey de los
judíos que ha nacido". Se han puesto en camino hacia el país de los judíos
(el texto no nos dice que la estrella les guíe) y allí se encuentran con la
indiferencia y nerviosismo de los que ellos imaginaban que más contentos
tendrían que estar. Herodes se asusta, mientras que los responsables de la
religión de Israel les indican fríamente lo que dicen las profecías.
A partir de aquel momento, la escena se llena de
fuerza. La estrella aparece y les guía, y les conduce al lugar donde está el
niño. Su reacción es "una inmensa alegría" y el inmediato homenaje a
aquel niño que tiene como única característica el hecho de estar, como toda
criatura, con su madre (algo parecido a las "señas" de las que
hablaban los ángeles de Lucas: "un niño envuelto en pañales"). Los
regalos que ofrecen realizan el homenaje de todos los pueblos al Mesías,
llevando a cabo el sentido profundo y auténtico de lo que leíamos en la primera
lectura y en el salmo.
El relato tiene, pues, un doble mensaje básico: que
Jesús es el Mesías esperado, en el que se realizan las promesas hechas a
Israel; y que todos los pueblos de la tierra son llamados a compartir, en plano
de igualdad, estas promesas, y a reconocer este Mesías universal.
Pbro. Roland Vicente Castro Juárez